La salud mental como derecho humano universal

El Día Mundial de la Salud Mental se celebra el 10 de octubre y este año el lema elegido es «La salud mental es un derecho humano universal.» El objetivo es resaltar la importancia de brindar atención de calidad en salud mental y respetar los derechos humanos de las personas con trastornos mentales.

Sin embargo, existe una brecha significativa entre la necesidad de tratamiento y el acceso real a servicios de salud mental, con un alto porcentaje de personas sin tratamiento, especialmente en países de bajos ingresos. Los trastornos de salud mental siguen aumentando en todo el mundo y a pesar de los beneficios económicos demostrados de invertir en salud mental, la inversión en este campo ha estado estancada. Además, el estigma social y la discriminación son obstáculos importantes para quienes buscan ayuda en salud mental, lo que puede tener graves consecuencias para su bienestar.

Desde TCA Aragón trabajamos día a día para llamar la atención de la necesidad de mejorar la atención a la salud mental en nuestra Comunidad y visibilizar una realidad todavía desconocida por muchos.

Unimos esfuerzos con el movimiento «Aragón por la salud mental » para conseguir que la salud mental comunitaria ocupe un lugar prioritario en las agendas políticas, que se mejore el apoyo y la atención para las personas afectadas por un trastorno mental, así como para sus familias, y que se desestigmaticen los trastornos mentales.

Queremos que se escuche y se apoye a las asociaciones y entidades que trabajamos por la salud mental

El Día Mundial de la Salud Mental comenzó a conmemorarse en 1992 de la mano de la Federación Mundial para la Salud Mental (WMHD en inglés) y apoyada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En este año 2023 el lema oficial es “La salud mental es un derecho humano universal” y coincide con el 75º aniversario de la creación de la WMHD en 1948. Este lema hace hincapié en la necesidad de que todo el mundo pueda recibir atención en salud mental de calidad y que los derechos humanos y el bienestar de las personas con enfermedades mentales sean respetados en todas partes del mundo.

Este derecho incluye también el acceso a una atención de calidad y asequible cuando una persona está luchando con su salud mental y el derecho a la libertad y la dignidad, incluido el derecho de elección.

A pesar de la importancia de la salud mental, existe una brecha notable entre la necesidad de tratamiento y el acceso real a servicios de salud mental. Se estima que aproximadamente el 75% de las personas con trastornos mentales no recibe el tratamiento que necesita, lo cual resalta la necesidad de mejorar el acceso y la disponibilidad de servicios de salud mental de calidad. La brecha en el acceso a tratamiento sigue siendo amplia, con el 50% de las personas con trastornos mentales en países de ingresos altos y el 85% de las personas en países de ingresos bajos y medianos sin acceso a tratamiento.

El Foro Económico Mundial (2018) señaló que los trastornos de salud mental están en aumento en todos los países del mundo y podrían costarle a la economía global hasta 16 billones de dólares entre 2010 y 2030 si no se aborda la falta de respuesta colectiva. Nos enfrentamos a una crisis internacional de salud mental y hemos sido advertidos durante las últimas dos décadas sobre esta inminente catástrofe. Sin embargo, se ha visto poco avance en el cambio de la agenda de inversión en salud mental a pesar del análisis global de retorno de inversión y los beneficios económicos.

Según la encuesta «Atlas de Salud Mental 2014» de la OMS, los gobiernos gastan en promedio el 3% de sus presupuestos de salud en salud mental, variando desde menos del 1% en países de bajos ingresos hasta el 5% en países de altos ingresos. El valor de la inversión necesaria durante el período 2016-2030 para ampliar el tratamiento, principalmente ayuda psicosocial y medicamentos antidepresivos, ascendió a 147 mil millones de dólares.

Sin embargo, los beneficios superan ampliamente los costes. La OMS afirma que, por cada dólar invertido en la ampliación del tratamiento para trastornos mentales comunes, hay un retorno de 4 dólares en salud y productividad mejoradas. A pesar de un aumento en la conciencia sobre la salud mental y de los argumentos a favor de la inversión en salud mental, la inversión ha estado estancada en todo el mundo. Es evidente que se necesita un mayor movimiento y acción dentro de los países para aumentar el acceso a la salud mental para todos.

El estigma social y la discriminación siguen siendo barreras significativas para aquellos que buscan ayuda para sus problemas de salud mental. Esta estigmatización puede llevar a un retraso en la búsqueda de tratamiento o incluso a ocultar los síntomas, lo cual puede tener graves consecuencias para la salud de las personas afectadas.

(fuente: Ecoavant)

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